Seguro que como adulto has intentado que tus alumnos sean empáticos ¿Verdad? Pero… ¿Eres realmente consciente de la importancia de la empatía en la enseñanza? ¡Te lo explicamos!

La empatía es una habilidad esencial en la enseñanza, ya que permite a los profesores conectar con sus alumnos y comprender lo que están experimentando. Esta conexión es clave para crear un entorno de aprendizaje donde los estudiantes se sientan valorados, comprendidos y motivados a participar activamente. Un profesor empático no solo reconoce las emociones de sus alumnos, sino que también actúa para apoyarlos de manera que promueva su bienestar y desarrollo académico.

La empatía facilita una comunicación más abierta, lo que permite a los estudiantes sentirse más cómodos al expresar sus preocupaciones y desafíos. Esto, a su vez, fortalece la relación entre el profesor y el alumno, creando un ambiente de confianza y respeto mutuo.

Cuando un alumno tiene un comportamiento disruptivo, un enfoque empático lleva al profesor a mirar más allá de la conducta superficial (Es importante recordar que este tipo de comportamiento a menudo es un síntoma de problemas más profundos, como dificultades emocionales, familiares o académicas.) Al tomar el tiempo necesario para entender estas posibles causas, el profesor puede ofrecer un apoyo más adecuado, adaptando sus estrategias pedagógicas para abordar las necesidades específicas del alumno.

Además, la empatía en la enseñanza no solo beneficia a los estudiantes, sino que también enriquece la experiencia profesional del docente. Un enfoque empático permite al profesor experimentar una mayor satisfacción en su trabajo, al saber que está contribuyendo de manera significativa al crecimiento personal y académico de sus alumnos. Esto no solo mejora la dinámica en el aula, sino que también fomenta un entorno escolar más inclusivo y colaborativo.

¿Qué puedes hacer para fomentar tu empatía?

1. Conoce a tus alumnos

  • A principio de curso, realiza encuestas para conocer los intereses, hobbies , antecedentes culturales y expectativas de tus alumnos. Esto te ayudará a comprender mejor sus perspectivas y necesidades.
  • Haz reuniones individuales para hablar sobre sus metas, desafíos y cualquier preocupación que puedan tener, Estas conversaciones pueden revelar mucho sobre su vida fuera de clase.
  • Dedica tiempo durante la semana a sesiones donde los estudiantes puedan compartir cómo se sienten. Esto les permite expresar sus emociones y te ayuda a entender su estado emocional.
  • Te dejamos una actividad de inicio de curso que te ayudará a conocer a tus alumnos y que ellos puedan conocerte a ti.

2. Escucha activa y reflexiva

  • Cuando un alumno te hable sobre un problema o preocupación, practica la escucha activa, evita interrumpir y muestra interés en lo que dice.
  • Presta atención a las señales no verbales, como el lenguaje corporal y las expresiones faciales. A menudo, estas señales pueden decir más que las palabras sobre lo que un niño está sintiendo.

3. Adapta la enseñanza a las necesidades emocionales

  • Adapta tus métodos de enseñanza para cubrir las necesidades emocionales y académicas de tus alumnos. Por ejemplo: dejar más tiempo para realizar ciertas actividades, utilizar materiales que reflejen sus experiencias o crear actividades que fomenten la colaboración y el apoyo mutuo.
  • Asegúrate de que el aula sea un espacio seguro donde los estudiantes se sientan cómodos compartiendo sus pensamientos y emociones sin miedo a ser juzgados.
  • Integra actividades de aprendizaje socioemocional que permitan a los niños explorar sus emociones, desarrollar habilidades de comunicación y practicar la empatía con sus compañeros. Puedes usar nuestra app Kokoro Kids que cuenta con distintos juegos en los que se trabaja la identificación de emociones, la representación y gestión emocional. Contamos además con un diario de emociones que permite a los niños registrar diariamente cómo se sienten.

4. Desarrolla la comprensión cultural

  • Investiga las culturas y antecedentes de tus alumnos, comprender sus orígenes puede ayudarte a empatizar con sus experiencias y a adaptar tu enfoque de enseñanza para ser más inclusivo.
  • Utiliza materiales y recursos que reflejen la diversidad cultural de tus alumnos, esto no solo valida sus experiencias, sino que también enriquece el aprendizaje de todos en el aula.

En conclusión, la empatía en la enseñanza es fundamental porque permite a los docentes conectar con sus alumnos, entendiendo sus emociones, necesidades y desafíos. Esta conexión fortalece la relación entre profesor y estudiante, creando un ambiente de aprendizaje seguro, inclusivo y respetuoso, donde los alumnos se sienten valorados y comprendidos. En resumen, la empatía no solo enriquece la experiencia educativa, sino que también es clave para formar individuos más resilientes y empáticos en la sociedad.